Reseña #23. ¿Qué es la historia? (What Is History?)

 


Leí este libro porque tenía mucha curiosidad de saber la metodología histórica. Quizá sea muy ignorado el tema, ya que nuestros sistemas educativos casi casi nos obligan a memorizar fechas tal parece porque así es como se ha estructurado la historia: como un conjunto de fechas que simplemente pasaron, y dependiendo de si un personaje caprichosamente aparecido en ese flujo de fechas, haya sido bueno o malo, hay que recordarlos como héroes, traidores o políticos y generales...


Cuando la Historia, podrá serlo todo, menos objetiva, como lo veremos a continuación.


Autor.


Edward Hallett Carr, nació en 1892, en Inglaterra.


Sus ocupaciones fueron interesantes: se desempeñó como diplomático en Francia y en la Unión Soviética; hizo grandes aportaciones en la teorías diplomáticas y de relaciones exteriores que muchos miembros de la ONU, por ejemplo han seguido, y también, se desempeñó como teórico en la llamada Teoría de la Historia.


Interesado tanto por las sociedades, su impacto y su mecanismo, estudió, como casi nadie lo ha hecho el Comunismo, particularmente el Soviético, dejando una asombrosa enciclopedia llamada Historia de la Rusia Soviética que comprende 14 volúmenes que "simplemente" tratan de los años 1917 hasta 1929 de ese país tan singular en el mundo.


Su reconocimiento más conocido y divulgado es el libro que quiero reseñar aquí: ¿Qué es la Historia?, que ha dado mucho de qué hablar para que las personas empezaran a ver distintas perspectivas sobre los hechos históricos y sobre lo que significa el trabajo del historiador.


Murió en 1982.



Estructura del libro.


La naturaleza del libro radica en que es una serie de conferencias que Carr presentó en la Universidad de Cambridge. Por lo que hay párrafos muy largos que abarcan una sola idea, y que pueden ser inconveniente para personas que no leen mucho. 


Son cinco conferencias, cada una titulada así:


-El historiador y los hechos

-La sociedad y el individuo

-Historia, ciencia y moralidad

-La causación en la historia

-La historia como progreso


Todos los factores mencionados arriba son los principales para que se empiece a comprender, aunque sea de alguna manera sencilla el papel del historiador.


Un concepto importante: historiografía.


Primero que nada, podemos comprender historiografía como aquel conjunto de teorías y estudios que analizan e interpretan la ciencia de la historia. (Una definición que no concuerda con la visión del autor). Pero también, entonces,  pasaría a tener otra propiedad, que sería la crítica hacia los textos que hablen de la interpretación histórica y de los mismos textos que intentan presentar un hecho histórico.


El autor dice lo importante que es la historia. Muy bien: pero, para convenir en su importancia, debemos atender también a aquellos conjuntos de personas ideologizadas que la han estudiado: entiéndase como corrientes historiográficas.


Hubo un tiempo, quizá desde que Heródoto escribió su obra Los Nueve Libros de Historia, en los que la materia histórica solo era atendida por los filósofos, que le daban una propiedad mucho más importante: un tipo de Teodicea que abarcaba también el Determinismo. Así, vemos que, por ejemplo, los filósofos comunistas bien pudieran haber utilizado una serie de datos históricos para presentar una realidad acorde a sus propios pensamientos sin ningún tipo de crítica, y qué decir de Instituciones corruptas, (no estoy hablando de la Iglesia Católica, por supuesto), que podrían haber perturbado, quitado, omitido algún hecho histórico para mostrar algún tipo de virtud sobre la naturaleza misma de esa institución.


Por un lado, se divinizaba el concepto de Historia.


Por otro lado, vinieron otras corrientes, otra de ellas es el Positivismo, cuya frase se usaba como mantra, que decía que "el historiador tenía como única tarea presentar los hechos sin ningún tipo de adjetivo o juicio". Dejando a entender que la historia es objetiva, pero que de alguna forma más pesada y cínica, dejaba a ver a la Historia como otra Teodicea cuyos sacerdotes eran los historiadores.


Lamentablemente, Carr dice otra cosa: que al estudiar la historia, los historiadores no escapan a su propio contexto, sin embargo, también debemos decir que nuestros constructos son el resultado de miles de constructos que abarcan interminables secuencias.


Otro concepto importante: Relativismo histórico.


Bien, pondré el ejemplo más esclarecedor que contiene toda la esencia del libro: imaginemos que me gusta mucho un periodo histórico, por ejemplo, La Esparta de Leónidas: buscaré todos los libros, recursos y medios que me permitan conocer todo tipo de detalles de ese periodo. Por un momento, podría preguntar lo siguiente: ¿verdaderamente conozco TODO lo concerniente a la Esparta de Leónidas?


Lo más probable es que no: ¿quién me dice, por ejemplo, que existió un filósofo espartano llamado Plistarco, que escribió un diario que si hubiera llegado hasta nosotros, nos diría hasta lo más mínimo que ocurría en la vida diaria de Laconia? O, por el contrario, qué tal que en la Edad Media un monje tuvo acceso a un libro tan importante para comprender Esparta, pero, al tener ciertos epítetos o cosas "paganas" en el mismo libro lo quemó o simplemente lo desechó. ¿Quién me garantiza todo aquello?


Ahora bien, quizá se pueda pensar que el último libro con los datos más actualizados y estudiados sobre Esparta podría darnos una versión más completa de aquel periodo. Sin embargo, puede que el Autor de ese libro crea que los espartanos fueron más sobrehumanos y los exalta en privado. 


La compilación de datos proviene de dos ignorancias: la ignorancia total, que es aquella que por más esforzados que seamos en comprender un periodo, personaje o cosa en específico, por razones como las guerras, la pérdida de memoria, o incluso las lenguas muertas o las lenguas inaccesibles que no hemos aprendido, nunca podremos estar enterados de ella; y por otro lado, la ignorancia del historiador, que no puede acceder a todo el conjunto de obras que se han escrito sobre su tema a tratar, pero que también, siempre hay posibilidad de que omita algunos hechos históricos por conveniencia y por especialización del tema.


Algo es seguro, hay una frase de Jane Austen que nos lo explica:


"Me maravillo a menudo de que resulta tan pesada [la historia], porque gran parte de ella es pura invención". 


Sin embargo, debemos reconocer la figura del historiador, no como un sacerdote, ni mucho menos como alguien ignorante o con malas intenciones, sino como alguien que intenta mostrarnos lo que ocurrió en el pasado a través de su perspectiva, y de su constante diálogo que tiene él, en su época, con las épocas del pasado.


Opinión personal.


Estoy de acuerdo en que el historiador tiene que dejar casi casi de ser persona para investigar lo mejor que pueda un hecho histórico; también que no debemos casarnos con algún "ismo", y también que debemos aprender a contar la historia como un simple flujo de personas. Divinizar la historia es tan ridículo como que extraterrestres escribieron esos libros y nos los entregaron: ¡no!, fueron escritos por otros seres humanos que intentando hacer su trabajo rescataron algún dato que servirá para futuras investigaciones, algo casi cíclico, pero que así ha funcionado desde siempre.


Quizá sea aburrido, pero, debemos conocer lo más que podamos nuestra situación posible para avanzar, progresar, signifique lo que signifique, y, de paso, mejorar las instituciones que componen, comprenden y garantizan ciertos objetivos a las sociedades presentes, vivas.

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