Reseña #51.1. El drama musical griego.
Temática.
Este texto se le considera uno preparativo para con el nacimiento de la tragedia. Algo que me fascinó descubrir, es que en realidad fue una conferencia que dio Nietzsche a sus alumnos en Basilea, siendo, pues, un mero recordatorio de lo que tendría que decir en vivo. Pero, incluso por la naturaleza oral del texto, Nietzsche ya estaba construyendo poco a poco los conceptos del superhombre y demás que consistirían en su filosofía.
Como sea, aquí vemos a un Nietzsche más académico, un profesional. Menciona, primeramente, los componentes de la tragedia griega:
-el autor, o sea, el poeta,
-los actores y
-el público.
Todos, no solo condicionados por la imaginación del poeta, que no tenía como misión poseer novedad, sino, más que nada, otorgar a su público una historia preconcebida para explicar, embellecer o quizá ampliar proveniente de los mitos griegos, y también, por la música, por los instrumentos. Se puede notar que una de las obsesiones de Nietzsche en esta etapa es la música en general, probablemente, por su admiración hacia Wagner, y también por sus constantes visitas al teatro, y sé de muchas menciones de Nietzsche a músicos inmortales como Bethoven y Mozart.
A través de ahí, quisiera afirmar que esa misma obsesión recae en cierta originalidad de Nietzsche respecto a los temas que tanto caracterizó a su filosofía, y que está presente en toda su obra, y en el caso de la tragedia griega, sería la música, ya que los otros dos componentes como lo serían el lenguaje y las actuaciones, bien podemos más o menos recrearlas gracias a la profunda erudición de los mismos textos griegos, sin embargo, incluso los instrumentos musicales se han perdido en la historia; dando como resultado, al menos en un primer momento interpretativo, ese patrimonio perdido en el tiempo que tanto se lamentaba Nietzsche: la embriagadora naturaleza artística de la música, que mucho escaseó tanto en el momento de Nietzsche como hoy en día: se perdió aquella música para leer.
En los tiempos del renacimiento, lo más que se pudo recuperar la cosmovisión griega fue en la gran ópera -mención genérica de Voltaire en alguna de sus cartas-, como le catalogaron los renacentistas a la tragedia griega en sí.
Y, por último, un detalle que no pude ignorar es la mención nietzscheana de la preparación de los dramas griegos: lo hacían de tal forma que para presentarse ante un público debían tener desarrolladas habilidades que superan a la inteligencia común: debían cantar durante diez horas, haciéndolo todo con una perfección que quizá para los modernos sea imposible, que hacía a los actores algo que Nietzsche siempre persiguió: tipos de humanos que pudieran superar los límites: quizá, Nietzsche tenía ya aquí el embrión del superhombre.
Opinión personal.
Puedo compartir el sentimiento de Nietzsche en cuanto compara la tragedia con la ópera. Cuando yo la escucho solo quiero despegarme del realismo que tanto nos rodea, entregándome a la embriagadora armonía del instrumento musical y la voz de los artistas.
Los antiguos solo tenían el teatro, los conciertos y las historias de manera oral, o en vivo, para entretenerse, pero ahora, por más rudimentario que parezca, solo es un lujo que muy pocos pueden darse: la de ver el esfuerzo de humanos con habilidades de una manera directa.

Comentarios
Publicar un comentario