Reseña #51.2. Sócrates y la tragedia.
Temática.
En esta conferencia, Nietzsche abarca el tema del socratismo desde una perspectiva más objetiva si tenemos en cuenta los libros tardíos de su bibliografía.
También notamos las principales preocupaciones nietzscheanas que lo acompañarán a lo largo de su vida:
-la música como un arte "inferior",
-el socratismo como un sistema idealista y, optimista.
La primera se entiende por el hecho de que, según mi interpretación, lo apolíneo resulta ser lo que ha cautivado a las masas desde hace tres milenios: los agradables y profundos simbolismos que podía ofrecer un teatro como el griego, fueron aplastados y hasta ridiculizados por densos tratados filosóficos, cuya única finalidad era demostrar la bajeza de los instintos. -Aunque en esta conferencia de un joven Nietzsche, no lo dice ni menospreciándolo ni mucho menos, sino, más que nada, demostrando esa actitud socrática que incluso los estoicos remarcaron como una obligación humana: no dar por hecho lo que nos digan nuestros sentidos, sino ha pasado por un examen, ya sea epistemológico, ya sea con la experiencia.
Pero, la actitud socrática da como resultado, no solo que la tragedia siga poseyendo ese carácter "nacional", pueblerino o incluso vulgar, (ya que se toma en cuenta que actores representaban deidades), sino también, la pérdida de la música. Los argumentos son más importantes que la propia belleza de los paisajes, palabras, o incluso las habilidades musicales que probablemente tenían los dramas griegos: los instintos y la misma forma de ejemplificar en un escenario humano la cosmovisión helénica, entonces, desaparecen.
En cuanto a lo segundo, se concluye que Sócrates menospreciaba al arte. Es bien conocida la jerarquía que Platón comparte para alcanzar el conocimiento, dejando al arte muy por debajo, incluso, cuando se lee su tratado de la República, notamos que Platón prohibiría a los poetas en su ciudad ideal por tergiversar la verdad, por hablar con palabras bonitas, y no hablando desde una cuestión... la diré real, aunque sería más o menos desde la lente nietzscheana, utilitarista.
Incluso, es algo triste que Sócrates rompió tan por completo su "sentido dionisíaco", que al escuchar una voz que le decía: "cultiva la música... cultiva la música", solo mencionó, quizá con un gran dolor pues estaba en la cárcel para con su final, que su filosofía era la música suprema.
La tragedia murió desde que dejó, entonces, de ser pensada para cantarse o musicalizarse, a usarse para convencer. Me encanta cómo Nietzsche termina su conferencia:
"La prensa alemana de hoy es (...) socratismo, no digo una palabra más".
Opinión personal.
A este texto le daría una interpretación un poco más generalizada: pues no solo la tragedia griega se vio envuelta en el socratismo, o en lo apolíneo, o en lo discursivo, sino, más bien, en todas las artes. Es algo lamentable que el arte se vea obligado a responder una serie de parámetros, normas, o incluso a transmitir un sermón o un mensaje que beneficie a una ideología específica, con el pretexto de unos personajes, un ambiente, o cualquier otra forma de expresión artística.
Lo digo en el sentido de que cuando vemos que los parámetros resultan ser toda la visión de, por ejemplo, una corriente literaria, nos olvidamos que el arte debería contener más que nada imaginación: propongo el ejemplo de Don Miguel de Unamuno y Jugo, cuya novela que más le ha dado renombre, Niebla, es una crítica específica a lo que los novelistas de su generación proponían, y, como Unamuno no quería seguir con esa tontería, prefirió hacer su propio género literario llamado nívola, que le ha merecido un puesto de oro en la literatura hispana; también, recordemos a Lovecraft, que rompió los límites del terror de meros fantasmas y vampiros a algo cósmico, espacial.
La crítica de Nietzsche resulta afirmativa en todos esos casos, ya que muchas veces proponemos a los artistas como intelectuales, cuando no necesariamente debería ser así; también resulta afirmativa cuando notamos que las artes son lo más despreciado, llegando incluso al odio en nuestras sociedades, seguidoras de una ciencia que permite manipular la realidad, pero no ver su significado profundo en nuestras vidas, o de cargarles un cierto simbolismo importante a nuestra vida privada.
Y, bueno, siguiendo con las últimas palabras de Nietzsche, se hubiera decepcionado de que la misma música llegó a ser perturbada por la prensa gracias a que existe el trap y toda esa basura en la música misma.

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